giovedì 21 marzo 2013

Del pensamiento débil al comunismo

por Iñaki Urdanibia, Kaosenlared.net
 
Quien fuera, junto a Pier Aldo Rovatti, impulsor del llamado "pensiero debole", reivindica el comunismo y a los gobiernos latinoamericanos que no obedecen a los poderosos. 


No sé qué dirán ahora quienes desde que comenzó a aparecer en las librerías y en los medios de comunicación, hace unos añitos ya, el nombre de Gianni Vattimo (algunos le llamaban ¡vaya-timo!), con su pensiero debole (pensamiento débil) no hicieron otra cosa que insultarle al afirmar que no era más que un representante de la reacción contra-revolucionaria en el campo de la filosofía: sin haberle leído, para nada, enfrentaban su pensamiento fuerte y dogmático, el de los críticos críticos, frente a la debilidad del pensamiento del italiano que no trataba más que debilitar la lucha contra el capital favoreciendo así a los dueños de los medios de producción y las finanzas. 

El recurso facilón, y descalificador, de no leer e insultar, utilizando un lenguaje fosilizado y etiquetas generalizadoras dentro de las que se puede meter de todo, como <<posmoderno>> ( estandarte bajo el que se ha introducido a todo dios que desagrada y que no comulga con las ruedas de molino de los vendedores de la verdad; expresión del <<pensamiento grueso>> que lo mismo a embestido contra Gilles Deleuze, puro anarquismo gaga, que contra Jacques Derrida-añadiéndole la última sílaba repetida dos veces- o a Foucault, como <<observador cínico de la sociedad>>, y…yo qué sé. Otros pensadores, reclamándose del marxismo, han tenido visiones más finas y de mayor sutileza, como Antonio Negri, Jameson, Jacques Rancière, Judith Butler, etc., etc., etc.; y hasta el inflexible Alain Badiou).


Y si me pregunto que dirán ahora quienes entonces le convirtieron en un verdadero carcamal; desde una óptica contraria, la prensa, crítica crítica, del reino del Borbón, se alteró cuando Vattimo publicó,  una obra( << Ecce Comu. Cómo se llega a ser lo que se era>>. Paidós, 2009), que recogía varios artículos y conferencias en los que mostraba una inequívoca simpatía por el comunismo, ideal, no el de los países llamados del <<socialismo realmente existente>> que aquello no era comunismo ni nada que se le pareciese, sino puro autoritarismo teñido de rojo. Indicando que su guía estaba en el sermón de la montaña, evangélico, y que los postulados de Marx ( “debilitado de sus interpretaciones dogmáticas”) y el sermón mentado, coincidían en gran parte en la apuesta por los débiles, por los oprimidos y explotados, por la solidaridad, por la comunidad entre iguales y por la justicia. Se atrevía allí a mostrarse “apocalíptico” sin disimulos, y utilizaba la palabra “revolución” como si tal cosa, nada digamos de sus elogios a algunos políticos latinoamericanos que a nuestros  modernos locales además del coco –con el que asustar a los niños-les parece que son unos horteras ( con sus uniformes, sus jerseys a rayas, etc.), tan morenitos ellos, y no como los políticos de por acá que son guapos, altos, visten y huelen bien. La deriva comunista ya había quedado clara, por otra parte, con su participación en la conferencia londinense de marzo de 2009, organizada por Alain Badiou y Slavoj Zizek, y con la particpación de Teery Eagleton, Michael Hardt, Jean-Luc Nancy, Antonio Negri, Jacques Rancière, y otros ( intervenciones recogidas en Badiou / Zizek, << L´idée du communisme>>. Lignes).


Pues bien, ahora en este libro que se acaba de publicar( Gianni Vattimo / Santiago Zabala.  << Comunismo hermenéutico. De Heidegger a Marx>>. Herder, 2013) brinda su dedicatoria al recientemente fallecido Hugo Chávez, a Evo Morales, a Lula y a Castro ¡ahí es nada! Si en el antes citado hablaba de la necesidad de cubanizar Europa con el fin de que la izquierda hallase el camino perdido y buscaba en apoyo de su proyecto algunas referencias , de oídas me atrevería a decir, de Marx, en la presente ocasión el andamiaje filosófico es indudablemente de mayor consistencia y abarca,  la trayectoria de su quehacer filosófico, hurgando en ella en busca del hilo conductor(de Nietzsche a Marx, pasando por Gadamer y Heidegger). El comunismo que propone el filósofo italiano es “débil”, moldeable, ya que hacer coincidir-como se ha solido pretender, y todavía algunos pretenden- la verdad con la política no hace sino conducir, como la historia ha demostrado, a situaciones contrarias a las que se deseaban. Así la reivindicación de la democracia, como conversación que es como la define, no priva de la palabra a los débiles, sino que se la entrega haciendo que se puedan conocer las verdaderas realidades de los de abajo. Ciertas resonancias con la apuesta “conversacional” del norteamericano Richard Rorty  pueden asomar, aunque también es verdad que este último hacía continuo elogio del liberalismo, puro y duro,  y la palabra “comunismo” le habría espantado. El camino “catocomunista” que se defiende toma pie de apoyo en las virtudes de la democracia bolivariana y no en ninguna nebulosa metafísica o teórica; no es de extrañar de este modo la explícita dedicatoria a la que antes he aludido. Es tiempo de alzar la voz y la cabeza como han hecho al unísono algunos gobiernos latinoamericanos que han decidido no seguir obedeciendo las órdenes del amo yanki, ni las ordenanzas del capital financiero.


Ha llegado el momento de seguir el ejemplo que nos es mostrado por los gobiernos mentados, pues los tiempos están malos y en tales casos el silencio o las florituras gratuitas no son de recibo desde el punto de vista de la honradez. Como señalase en su momento Bertold Brecht: << ¡qué tiempos estos en los que hablar sobre árboles es casi un crimen porque supone callar de tantas alevosías!>>. El bueno de Vattimo ha dado por bueno lo dicho por el alemán y por la senda trazada por los gobiernos latinoamericanos señalados echándose al monte, con la que está lloviendo…y la que le va a llover por su propuesta de salirse del balanceante marco consagrado del hoy tú (blanco), mañana yo(colorado)…siempre dentro de un orden, el establecido.

1 commento:

Jesús Lozano Pino ha detto...

Interesantísimo tema!
En estos últimos tiempos me acuerdo mucho de Marcuse, como si lo estuviésemos levantando de su sepultura. Le parecía evidente a Marcuse que todo aquello que Marx denunciaba debería verse reflejado en aquella sociedad Norteamericana en la que estuvo exiliado, paradigma de la industrialización y de esta postmodernidad globalizada. Sin embargo, la realidad le reveló lo contrario: las masas trabajadoras estaban totalmente integradas en el sistema, hasta tal punto que se había convertido en su ideal ocupar un puesto en esa sociedad, caracterizada por su alto nivel de consumo (y ahora de paro). En realidad, se trataba (y ahora también aunque con resistencias de grupos sociales cada vez menos minoritarios con una actitud de ciudadanía activa, aunque muy plural. Y eso es lo bueno) de una clase comprada por el sistema mediante la mejora de sus condiciones de vida a cambio de eliminar con ello todo afán revolucionario. En este sentido, no hay diferencia entre la clase trabajadora y la clase dominante. La sociedad industrializada creó un nuevo tipo de hombre sólo preocupado por el consumo (el hombre unidimensional). El intensísimo proceso de tecnificación llevado a cabo en nuestras sociedades afianzó el sistema capitalista y nubló la conciencia de la clase trabajadora respecto a la situación real de alienación en que se encontraba y se encuentra. En el fondo, pues, de tan gran progreso hay un engaño.
Pero, es aquí la cuestión y muchos se están dando cuenta de ello, que eso hace aún más urgente ir contra esa sociedad que mantiene adormecida a la clase trabajadora, que, por supuesto, estará integrada, pero no liberada. Sin embargo, está claro que no es contando con ella como ha de llevarse a cabo la revolución. Si alguna solución ha de haber tiene que ser recurriendo a aquellos grupos de ciudadanos que pertenecen a sectores marginados. Y Marcuse se fijaba especialmente en la juventud universitaria, de la cual acabó siendo fuente de inspiración en los levantamientos estudiantiles ocurridos a finales de los años 60 tanto en Europa como en América y, muy especialmente, en el llamado Mayo Francés, de 1968. ¿NO NOS SUENA PARECIDA ESTA HISTORIA QUE VIVIMOS HOY DÍA? ¿CONFLICTO?