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martedì 30 aprile 2013

Gianni Vattimo ospite a Le teorie di Darwin

Il video della trasmissione di 4Rete Le teorie di Darwin, ospite Gianni Vattimo.

                                                                            Fonte: YouTube/4Rete

venerdì 12 aprile 2013

Arrebatos canoros


por Hugo Beccacece, La Nación


Una catarata de energía musical bolivariana compitió en entusiasmo con la conferencia de un pensador, donde se dieron la mano viejas canciones políticas y la marcha peronista



Los buenos profesores, como los buenos conferencistas, son ante todo actores. Gianni Vattimo contestó preguntas, contó cuentos pícaros y cantó desde "Croce y delizia" de La Traviata , de Verdi, hasta "Bandiera rossa", pasando por "La Internacional" (versión italiana), "Fratelli d'Italia" y "Volare", de Domenico Modugno. 


giovedì 11 aprile 2013

Cristina Kirchner riceve Gianni Vattimo

da Télam
Clique aquí por el link en español

                                                           Fonte: Télam    

La Presidente dell' Argentina Cristina Fernández de Kirchner ha ricevuto al Palazzo del Governo di Buenos Aires (la Casa Rosada) il filosofo italiano Gianni Vattimo, parlamentare europeo e professore emerito di Filosofia Teoretica presso l'Università di Torino.


martedì 9 aprile 2013

Gianni Vattimo en Argentina: portada de prensa

Destacamos algunos artículos que aparecen en la prensa argentina durante la semana de conferencias que Gianni Vattimo está dando en el país sudamericano

Para cualquier información adicional, entrevistas, vídeos visite el sitio web vattimoenargentina.com

Gianni Vattimo

lunedì 8 aprile 2013

Abal Medina presenta al pensador italiano Vattimo

por Gente BA


El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, presenta el jueves a las 19 en la Casa Nacional del Bicentenario al filósofo italiano Gianni Vattimo, quien brindará una conferencia sobre su libro "Della realtà" (De la realidad) y luego una serie de conferencias y charlas políticas hasta el 12.


Juan Manuel Abal Medina, Jefe de Gabinete de Argentina

El pensador italiano fue invitado por la Asociación de Docentes de la UBA (ADUBA) y la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), cuyo  secretario general, Daniel Ricci, participará del evento en Riobamba 985, Ciudad de Buenos Aires.

giovedì 28 marzo 2013

Gianni Vattimo visitará la Argentina en Abril


Redacción, Noticias

Gianni Vattimo
El intelectual italiano Gianni Vattimo visitará la Argentina entre el 3 y 12 de abril próximo, invitado por la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (ADUBA) y la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), para participar en actividades académicas en Buenos Aires y el interior, informaron ambos sindicatos.

Vattimo ofrecerá conferencias, mesas redondas, presentaciones y charlas con personalidades políticas, culturales y sociales.

venerdì 14 dicembre 2012

Gianni Vattimo: “La realidad es una hipótesis todavía no desmentida”

El filósofo italiano brindó una conferencia en el Aula Tanque del Campus Miguelete. Participaron autoridades, profesores y estudiantes de la Universidad Nacional de San Martin (UNSAM), Buenos Aires.

“Los hechos no hablan por sí mismos; la realidad es una operación”. Con frases como estas fue que Gianni Vattimo marcó la dirección de la discusión de la que participaron Enrique Corti, decano de la Escuela de Humanidades; Guillermo Schweinheim, de la Escuela de Política y Gobierno; Ricardo Ibarlucía, del Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural; y Arnold Spitta, del Programa de Estudios Alemanes y Europeos, entre otros.

Con citas y menciones de Aristóteles, Heidegger, Nietzsche, Kant y Lacan, el profesor italiano habló sobre su postura respecto de la realidad, la política, la crisis europea, el comunismo, la iglesia, los vampiros, las brujas y la moral. 
 

lunedì 11 giugno 2012

Vattimo: “Soy un cristiano heterodoxo y nostálgico”

Vattimo: “Soy un cristiano heterodoxo y nostálgico”

Revista Criterio, n. 2382, Jnio 2012; por Poirier, José María - Ryan, Romina

El filósofo italiano Gianni Vattimo afirma que no existen los hechos sino las interpretaciones y que los conceptos absolutos no son viables en la Posmodernidad. Como en años anteriores, Gianni Vattimo visitó Buenos Aires y la Feria del Libro, donde además de dictar una divertida conferencia presentó su libro Della realtà. Fini della filosofia, una compilación de los últimos 15 años de trabajo universitario. Profesor emérito, en la actualidad es representante en el Parlamento Europeo del partido Italia de los Valores, cuyo líder es Antonio Di Pietro, “el único partido de oposición auténtica a Berlusconi y ahora a Monti”, explicó en diálogo con CRITERIO.
–Algunos dicen que hay un Vattimo anterior a la obra Creer que se cree y uno posterior; otros dicen que hay varios. ¿Cuántos Vattimo hay?
–Me gusta muchísimo que se diga que hay diferentes Vattimo, porque eso sucede sólo con algunos grandes filósofos como Heiddeger, Wittgenstein oNiezschte… Yo, sin embargo, creo que hay una continuidad en mi historia intelectual. Cuando terminé mis estudios en la escuela superior decidí inscribirme en la carrera de Filosofía por intereses teológicos y políticos. Más tarde comprendí que como inquietud religiosabuscaba lo que más tarde se llamó Posmodernidad, la idea de poder construir un pensamiento filosófico no tomista, no demasiado tradicionalista, pero sí cristiano. Siempre digo que soy un “cato-comunista”, un católico de izquierda. Si tenemos que hablar de rupturas, en mi historia la primera fue en 1968. Si bien no participé en el movimiento estudiantil, tenía muchos amigos allí. En ese momentoya era catedrático en Turín, gracias al apoyo de una mayoría de católicos de derecha y debido a la influencia del profesor que dirigía mis estudios. Pero después de tres meses alejado de la universidad e internado en un hospital por un problema de salud, al regresar me di cuenta de que había devenido maoísta. Cuando hablé con mi profesor y amigo me dijo: “¿Cómo? ¿Y ahora me lo dices? ¡Qué problema! ¿Qué hago?”. “¡Es que ha sucedido ayer!”, le expliqué. En ese período de enfermedad había leído a Herbert Marcuse, al griego KostasAxelos que había escrito Marx, pensador de la técnica, es decir que se empezaba a reconocer una conexión entre al antitecnicismo de Heidegger y el anticapitalismo de Marx, y aún sigo creyendo que se puede ser marxista o comunista siendo hegeliano. El último libro mío traducido al inglés, HermeneuticCommunism, tiene como subtítulo “De Heidegger a Marx”.
Una primera ruptura entonces sucedió en 1968, cuando se convierte en maoísta. ¿Y después?
–En 1974 se publicó mi libro sobre Nietzsche, escrito entre 1968 y 1972, que era absolutamente revolucionario en tanto el asunto principal eraunir la aspiración revolucionaria de la burguesía –la liberación del sujeto, la liberación sexual, el divorcio– con la revolución proletaria, que era básicamente económica. Obviamente Nietzsche no fue revolucionario en lo personal, pero muchas de sus ideas pueden ser utilizadas en ese sentido. Ese año fue también muy interesante porque empecé a trabajar en estos pensamientos de transformación socio-cultural inspirados por Nietzsche y Heidegger juntos y, finalmente, todo el desarrollo sucesivo fue la elaboración de la conexión entre ambos, algo que ellos nunca hubieran pensado. Cuando algo se combina es difícil distinguirlo de lo que viene después. En este sentido, el conocimiento personal con los estudiantes más radicales se convirtió para mí en una manera de tomar distancia del terrorismo italiano, muy presente en aquellos años. Un día, por ejemplo, uno de mis discípulos me dijo que habían arrestado a un estudiante en Bolonia sólo porque tenía mi número telefónico en su agenda. En 1978 fui amenazado por las Brigadas Rojas porque el discurso era que si había alguien en la izquierda que no estaba con ellos, era un enemigo. Y yo era decano de la Facultad, pertenecía al Partido Radical, que era contestatario pero pacifista, y había aceptado formar parte del primer juicio popular a las Brigadas Rojas. En ese momento empecé a pensar que una revolución no podía ser leninista y violenta porque tendríamos 20 años de guerrilla y otros 20 años de stalinismo. En ese tiempo de reflexión sobre la experiencia del terrorismo escribí un ensayo que para mí es fundamental, Dialéctica y diferencia del pensamiento débil; la dialéctica era el marxismo, a diferencia del pensamiento de nombres como Jacques Derrida o GillesDeleuze, que no terminaban de gustarme porque eran un poco anarquistas pero se abstraían de la lucha política efectiva. El pensamiento débil guardaba relación con la idea de hacer uso de Nietzsche y Heidegger para imaginar una filosofía de la historia que adquiere sentido en la reducción de la violencia y no en la realización, incluso violenta, de un modo pensado antes. Esto era importante política y éticamente. En esos años, además, me pidieron una introducción a la edición de El mundocomo voluntad y representación de Arthur Schopenhauer. En ese momento dejé de ser maoísta ingenuo para convertirme en izquierdista no violento, pero menos ilusionado con la idea de revolución total.
–¿Hubo un tercer quiebre?
–Sí, vinculado a la lectura de RenéGirard: la idea de una interpretación de la religión no en el sentido victimario, sacrificial, sino viendoal cristianismo como superador del carácter violento de las religiones naturales. Cuando uno se pregunta por qué Jesús fue asesinado,es porque precisamente reveló esa visión, algo muy escandaloso.
–¿Qué relación establece entre el pensamiento débil y la teología del anonadamiento, la kénosis?
Tengo que volver a un momento importante, incluso a unrencuentro conmi religiosidad personal.Paradójicamente, cuando estuve viviendo en Alemania a comienzos de los años ’60, donde no leía los diarios italianos porque llegaban demasiado tarde, cuando dejéde tener el problema de discutir con la jerarquía católica italiana y con los católicos de derecha, no fui más a misa. Pero repensando a Girard creo que volví a ser cristiano, y también por mérito de Nietzsche, de Heidegger y hasta de Mao.
–Algunos escribieron que a partir de Creer que se cree usted volvía a la religión pero también que la religión volvía al pensamiento y al debate.
–Esasí en cuantouno intenta relacionar siempre en el discurso la historia personal con la historia de la época. En 1968 era típico: los estudiantes pedían la liberación sexual porque era lo que a ellos les interesaba, pero pensaban que debía ser mundial. Eso refleja la idea de vocación histórica, es decir que no siento la filosofía como una vocación para ocuparme de los absolutos sino para leer los signos de los tiempos, que es una expresión evangélica. Cuando empecé a escribir Creer que se cree, un verano en la montaña, me parecía que ya no había razones filosóficas “objetivas” para no ser cristiano en tiempos de la Posmodernidad. Cuando se disuelven los meta-relatos (materialista, positivista, etc.) que intentan explicarlo todo, uno puede releer escrituras sagradas como el Evangelio –no tengo mucha simpatía con el Antiguo Testamento, sobre todo por la violencia, es demasiado antiguo–. Fue un esfuerzo por interpretar la situación filosófico-cultural desde el punto de vista de un retorno posible a la religiosidad a través de la disolución de los meta-relatos metafísicos.
–Su lectura de la Posmodernidad siempre se da en términos positivos, como por ejemplo la desaparición de los dogmas.
–Y como no existe más “la verdad”, se necesita la caridad.
–El concepto de kénosis, pero también la interpretación…En eso usted parece luterano.
–Sí, porque la interpretación tiene que ver con el hecho de que no hay una verdad objetiva. Tal vez en el siglo XX la noción misma de verdad se transformó en una noción de caridad, porque si uno retoma incluso a Habermas, siempre habla de una racionalidad comunicativa, lo cual implica que es racional lo que puedo decir sin vergüenza frente a los otros. Sobre todo porque todo el discurso epistemológico del siglo XX tiene mucho de convencionalismo, es decir que la verdad científica se pronuncia dentro de un paradigma compartido, no es un encuentro directo de mí mismo con el objeto, es un encuentro con maneras de interpretar el objeto conforme a una historia de la ciencia, de la matemática, etcétera.
–Desde su perspectiva filosófica, ¿la metafísica preserva algo o absolutamente nada?
–Tengo el defecto de que cuando hablo de metafísica la nombro desde Heidegger, que es enemigo de la metafísica porque es enemigo del concepto de una verdad objetiva; para él ni siquiera y Dios puede ser un objeto. Desde una perspectiva metafísica puede decirse que Dios es un objeto supremo, pero llamarlo objeto no es un gran elogio. La metafísica en tanto concepción de la vida, fe existencial puede considerarse, pero en la historia siempre ha tenido una pretensión de universalidad que no logro visualizar sin violencia.
–Quisiéramos preguntarle sobre la construcción de la verdad en la política.
–No puedo pensar en una verdad para todos; yo pienso algo y puedo dar razones, pero no puedo demostrarlo. En cuanto a la verdad política, se trata de preguntar quién lo dice. Esto es lo básico, hermenéutico: como no hay verdades, sólo hay interpretaciones. Cuando me confronto con problemas, por ejemplo, con lo que pasó durante el gobierno militar en la Argentina, hay un problema de interpretaciones que se confrontan y se construyen sobre la base de documentos y testimonios, que son intérpretes en un proceso penal. Todo es un juego de relación intersubjetiva más que de toma de acto de lo que está. Lo mismo sucede con la verdad política; yo no tengo confianza en lo que diga Videla. ¿Por qué? No porque sé que ha matado, sino porque tengo otros testimonios de gente que tiene parientes desaparecidos, y por lo tanto no es una opinión sino que está documentado. En Italia se me reprocha esta idea, pero sé que no tengo confianza en Berlusconi. Hay hechos que se llaman así porque tenemos suficientes luces que nos indican que lo son, así como un dato de la física cuántica puede considerarse de tal forma porque lo atestiguan ciertos científicos.
¿Qué le suscita Raztinger como intelectual? Insiste en el relativismo pero por otro lado la dimensión del diálogo entre fe y cultura le interesa mucho.
Yo abrigaba muchas esperanzas cuando fue elegido Papa porque había sido profesor en Tübingen, pero ahora tengo una versión un poco descolorida sobre lo que el catecismo llama “la gracia de estado”: cuando uno llega a ser ingeniero, tendría una asistencia especial para ingenieros, y cuando uno es elegido Papa, se torna reaccionario. Por ejemplo, en la encíclica Deus caritas estdecía, por ejemplo, que las primeras comunidades cristianas eran comunistas pero que naturalmente esto después se quebró. ¿Por qué “naturalmente”? Es como aceptar la afirmación de Margaret Thatchercon respecto al capitalismo. Creo que Benedicto XVI es menos reaccionario que Juan Pablo II, que era más simpático; pero este Papa tiene menor decisión que su antecesor, que no era un teólogo sino un pastor de almas. Tiene toda la incertidumbre del intelectual, y como hombre de estudio, creo que tiene dificultades para tratar con la Curia. Yo esperaba mucho más de él.
¿Cómo ve el futuro de la Iglesia como institución?
–Me gustaría salvar a la Iglesia del suicidio, por ejemplo, ante ciertas actitudes un poco dogmáticas en torno del sacerdocio femenino, el problema del celibato eclesiástico, que ahora es anacrónico; todo esto le da un rostro reaccionario que no es exigido por ningún cristianismo. Básicamente no creo que ni siquiera la Escritura Sagrada sea una descripción adecuada de Dios, es una educación para el pueblo de Dios, por lo tanto, la teología como tal me parece absolutamente insignificante. Cuando era chico mi director espiritual me obligaba a leer libros del dominico francésGarrigou-Lagrange.Hay ciertas cosas que me gusta deciraunque sean arriesgadas porque creo que son religiosas, por ejemplo hay una frase de san Pablo que dice que la fe y la esperanza son transitorias, pero que la caridad va a durar. Un día discutía con un obispo en Toscana y le sugerí que esa frase no se refiere solamente a la vida eterna sino también a la vida histórica, es decir que hoy cada vez parece menos urgente que la gente crea que Dios es uno y trino. Los misioneros, cuando llegan a un destino como el Amazonas, abren un hospital o fundan una escuela, no obligan a la gente a creer en un Dios trino. Sería bueno pensar la historia del cristianismo como articulada con una reducción de la importancia de los dogmas e incluso una reducción de la pura esperanza en el más allá. Yo no tengo ninguna actitud polémica ni siquiera en contra de mis educadores católicos, estoy muy agradecido de la educación cristiana recibida. Soy básicamente un cristiano un poco heterodoxo pero nostálgico, incluso soy uno de los pocos que podría seguir la misa en latín. Si no fuera cristiano, no sería comunista.
Le había molestado en la polémica con Umberto Eco sureivindicación de la realidad al estilo un poco aristotélico.
–Sí, porque siempre fue un señor básicamente neo-tomista. Así como santo Tomás tenía como base la cosmología tolemaica, Eco toma la semiótica; siempre quiere como base para sus afirmaciones una ciencia positiva, como fundamentación científica.
¿Qué opina de su colega Massimo Cacciari?
–Lo conozco bien pero no lo comprendo mucho; siempre le digo que lo quiero muchísimo pero no lo entiendo. Estámuy comprometido, es una gran persona, pero no llego a entender a dónde quiere llegar; y también hay otros filósofos italianos que son demasiado erráticos para mi gusto. Cuando les pregunto a los universitarios por qué leen ese tipo de autores tan complicados, me dicen: “si los comprendiéramos no tendría sentido leerlos”. Hay una cierta vitalidad, de todas maneras, que resiste al pensamiento único, que rechazo sobre todo por razones políticas. En Italia tenemos el gobierno de Monti, que no fue elegido por nadie, y es aceptado por los partidos más opuestos ya que los libera de responsabilidades; Monti hace lo que dice el Banco Mundial.
–En el ámbito político de su país, ¿qué opina de Beppe Grillo, actor líder de la anti-política?
Es un fenómeno interesante, de populismo, pero no comparto que tome un carácter de anti-política. Empezó hace algunos años, pero en las últimas elecciones se volvió fuerte. Obviamente estoy más cerca de Grillo que de Berlusconi, incluso que de los comunistas, que respaldan a Monti, pero quiero ver qué pasa. Con Di Pietro me encuentro bien, aunque me critican que yo siempre haya sido de izquierda y él sea un representante del centro. Si bien está en la oposición absoluta a Berlusconi, no se identifica con ideales socialistas o marxistas. Estoy con él porque es la forma de lograr que un italiano comunista vaya al Parlamento Europeo, porque los partidos de extrema izquierda en Italia se han dividido y no tienen ni un solo diputado.

Vattimo: la academia de filosofía itinerante

Vattimo: la academia de filosofía itinerante

El ensayista italiano estuvo de ronda en Buenos Aires dejando a su paso cuestionamientos sobre los conceptos absolutos. “En Europa, hay clima de resignación”, sentenció.

Ñ Revista de Cultura, 23.05.2012. POR Julieta Roffo

El filósofo italiano Gianni Vattimo anduvo por Buenos Aires y, como los futbolistas que se adaptan a distintas posiciones en el campo, se movió en escenarios diferentes y ante públicos disímiles, pero en cada conferencia subrayó dos de sus ideas más importantes: que con el correr de los años –de las décadas, de los siglos– crece lo que él ha llamado “el pensamiento débil”, y que no existe una única verdad sobre un hecho, sino tantas interpretaciones como testigos haya. Para Vattimo, se trata de dos conceptos irrenunciables.
La primera de sus presentaciones fue el domingo 6 en la Feria del Libro: a su cargo estaba la última de las conferencias magistrales de la 38º edición del evento, y ante casi doscientas personas, el autor de El fin de la modernidad, ejemplificó el debilitamiento de los conceptos absolutos a través de la evolución de la figura de Dios: “Antes era algo muy misterioso, muy trascendente, caía un trueno y se le rogaba al Dios del Trueno que no destruyera la propia casa. Con la figura de Jesús aparece un hombre que les dice a sus prójimos que no son servidores de Dios sino sus amigos; eso debilita la primera idea tan fuerte y tan temible”, sostuvo, y agregó que el pasaje entre la unción divina de los reyes medievales hasta las elecciones democráticas actuales es otra señal de ese debilitamiento.
Esos mismos ejemplos utilizó el miércoles 9 en Arte Sin Techo, una Organización No Gubernamental que trabaja con gente en situación de calle desde una especie de casa ocupada –ocupada por sus intervenciones artísticas y por su trabajo constante, desde que emergió en medio de la crisis de 2001– en el corazón de Almagro. Apenas llegó a esa casa, Vattimo bromeó en su castellano casi perfecto: “Parece un centro civil italiano, feo, sucio y malo”. Allí lo escucharon unas veinte personas, en una actividad organizada entre la ONG, el Centro de Excelencia Jean Monnet de la Universidad de Bologna, y el Laboratorio en Humanidades “Política, Estética y Comunicación” constituido por el Instituto Italiano di Cultura y el Servicio de Cooperación y Acción Cultural francés.
En ese segundo encuentro fue en el que el también diputado del Parlamento Europeo profundizó más sobre conceptos filosóficos: Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, a quienes estudió largamente, fueron los más citados ante un público más especializado que el que había llenado la sala Leopoldo Lugones de La Rural, en su mayoría estudiantes universitarios. Sobre los años en los que Heidegger avaló al nazismo, Vattimo intentó una explicación, aunque no una justificación: “Tiene que ver con el lugar que ocupa un filósofo cuando se cruzan dos triunfalismos, como fueron el capitalismo y el comunismo”, señaló. Las intenciones de un intelectual al unirse a un sistema político son claras para Vattimo: “Enseguida el intelectual querrá liderarlo”, sentenció, y destacó el rol de Rusia sobre el final de la Segunda Guerra Mundial aseguró: “Si Rusia no hubiera hecho lo que hizo, liberado lo que liberó, estaríamos completamente dominados, seríamos todos nazis”.
En Arte Sin Techo hubo tiempo para reflexionar sobre el arte y también sobre la política, tema que especialmente interesa a Vattimo y que lo llevó a definir a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como “una organización disciplinaria hasta el día de hoy”. Para el filósofo, “el impresionismo, el cubismo y el surrealismo fueron una defensa de la actividad humana contra la tecnificación de comienzos del siglo XX, cuando se fundaban Ford y Fiat, y el taylorismo se imponía como modelo de producción fabril”. Esa tecnificación, explicó el autor de Adiós a la verdad, se está dando actualmente en Europa, en las más altas esferas del poder político: Mario Monti, el actual premier italiano, economista y con más experiencia institucional que en el barro partidario, es para Vattimo una muestra de esa “tecnocracia” posterior a la renuncia de Silvio Berlusconi, a quien critica duramente cada vez que tiene el margen de hacerlo.
En Europa “hay un clima de total resignación, la gente no ve que le propongan mejoras alentadoras como para orientar su voto hacia allí”, aseguró, y vinculó esto a su idea de dominación: “El dominio hacia el otro se funda sobre la idea de que la realidad es de tal manera, inamovible. Hoy esa realidad la delinean los banqueros, y no los débiles, por eso es importante desterrar el concepto de una verdad única”, dijo Vattimo, a medio camino entre el entusiasmo y la preocupación.
Hay otro concepto que debe ser reformulado, según el italiano: se trata de la esencia, un tema del que la filosofía se ha ocupado largamente. “Un papa, un dirigente político o un filósofo ambicioso puede decirte ‘Esta es tu esencia, tú no lo sabes pero yo te lo digo’”, le dijo a su público atento, esta vez en la Feria, y continuó: “Yo no creo en eso; la única esencia es la libertad de cada uno, que merece ser respetada, y la única verdad posible es la que nos deja ser más libres, aunque acepto interpretaciones porque de eso les hablé toda la tarde”, matizó.
En cada ámbito que Vattimo visitó en una ciudad que define como “una segunda patria”, hubo público atento a su obra y sobre todo a los pensamientos que elabora ante las nuevas preguntas, y que empieza a responder después de tomarse unos segundos la cabeza con las dos manos. Hay una convicción que lo sigue a cada charla: “Hay que ser fuerte para ser uno de los débiles, hay que saber poner la otra mejilla y darse cuenta de que uno no debe ser el violento, porque el orden imperante siempre será más violento que uno”, concluyó. “Y basta”, dijo.

domenica 10 giugno 2012

Vattimo: «In Italia ci vuole una rivoluzione»

In visita a Buenos Aires per presentare il suo nuovo libro, il filosofo ed eurodeputato indica le sinistre dell’America Latina come un modello democratico da cui imparare, anche se portano i riti indigeni al massimo livello dello Stato e frenano lo sviluppo per salvar la terra. Poi, propone di cacciare i «vecchi ruderi» dall’Italia e spera nel comunismo in molti paesi. Su chi conta per farlo? I giovani appassionati alla politica: «Sono i tratti di una rivoluzione che nasce»

Pangea News - America Latina quotidiana, 19 maggio 2012. Di Filippo Fiorini


Buenos Aires – Quando si parla di Gianni Vattimo le cose più importanti da sottolineare sembrano essere la sua fama e la sua eccentricità. In favore della prima, si è soliti elencare titoli accademici e cariche onorifiche, mentre, per convincere della seconda, normalmente basta dire che è comunista, cattolico e gay al tempo stesso. Tuttavia, conoscere Gianni Vattimo di persona comporta un’altro genere di esperienza: uomo dallo sguardo curioso e il maglioncino tradizionale, in lui l’umiltà spicca sull’anticonformismo, e il desiderio di divertirsi assieme ai suoi interlocutori, vince invece il compito di rivelare loro una qualche verità filosofica, che il mestiere gli impone.
«Sono venuto a presentare il mio ultimo libro. Presentare significa far vedere, perchè ho con me solo questa copia. In ogni caso, se qualcuno ha una pennetta USB gli posso copiare il file in pdf». Così il filosofo ed eurodeputato italiano ha introdotto ieri al pubblico di adolescenti, donne serie ed anziani pensatori che lo aspettava alla Fiera del Libro di Buenos Aires, il suo nuovo lavoro intitolato Della Realtà, in cui si raccolgono e si aggiornano due cicli di lezioni sul Pensiero Debole, dettati qualche anno fa in Scozia e in Francia. Poco prima di salire sul palco, Vattimo ha però voluto dare a Pangea News la sua lettura su alcuni dei principali temi della politica mondiale, con un occhio di riguardo alle sinistre.
Essere in America Latina nel 2012 ci obbliga a parlare di grandi sinistre al potere. Ci spiega perchè queste fanno fatica a trovare i giusti successori ai leaders che le hanno fondate? Perchè i governi neoliberali o addirittura le dittature militari, con tutti i loro fallimenti, sono sempre riusciti a sostituire con facilità le loro figure di comando?
È normale che i sistemi tradizionali siano più facili da proseguire. Non hanno bisogno di capi carismatici, perchè non propongono alcuna trasformazione. Il capo carismatico può essere un rischio, perchè in Europa a volte è stato un segnale di perdita di fiducia nella democrazia rappresentativa, tuttavia, in un processo innovatore ha un ruolo fondamentale nella rottura della continuità politica esistente. Paradossalmente, in Italia abbiamo avuto Berlusconi che, come capo carismatico di destra ha rotto la continuità con il vecchio sistema, ma lo ha fatto in un modo molto poco ammissibile. Salvador Allende, al contrario, è stato in Cile un esempio positivo e fu parte di quello che potremmo chiamare un processo democratico normale.
Ecco, parliamo di democrazia. Con l’arrivo di Evo Morales al potere in Bolivia, gli indigeni hanno ottenuto un ruolo politico che per numero meritavano da secoli. Con loro è arrivata però anche la ritualità pubblica, l’esaltazione dell’ultraterreno ed il misticismo. Lei crede che lo Stato debba essere assolutamente laico o questa è solo una categoria di giudizio tipicamente europea?
Io sono sempre stato nemico del principio di identità nazionale, tuttavia, se questa identità funziona come elemento di trasformazione sociale contro un dominio e contro i dominatori, allora ben venga. La religione può essere inserita in questo discorso sull’identità, assieme a tutti gli elementi non razionali che compongono un tessuto sociale. Si, lo Stato dovrebbe essere assolutamente laico, ma questo non significa che non si possa mai nomimare il padreterno o la pacha mama, ma che si deve permettere l’esistenza di tutti i culti, siano essi i protestanti o i feticisti.
La Pacha Mama è il centro di uno dei grandi dilemmi della sinistra latinoamericana: da un lato ci sono gli indigenisti e gli ambientalisti, che chiedono un maggior rispetto per la natura, mentre dall’altro..
Ci sono gli industrialisti.
Si, esatto, che rispondono: «Abbiamo grandi classi sociali che sono state escluse per anni dalla distribuzione della ricchezza, adesso non chiedeteci di frenare lo sviluppo». Lei ha qualche proposta per risolvere il problema?
Magari ce l’avessi. Credo che non esista un principio assoluto, ma ho più simpatia per gli anti-sviluppisti. In Europa le cose vanno molto male sotto questo punto di vista, c’è un progressivo oblio della natura. Le risorse sono un problema centrale e l’industrializzazione cieca non può che portare nuovamente alle stesse situazioni che oggi per l’Europa sono un problema. Io vengo in America Latina e chiedo: Voi cosa ci proponete? Questo va al di là delle questioni economiche e ambientali, perchè anche la democrazia cubana è un’invenzione latinoamericana. Si tratta di un sistema fondato su maggiori e migliori relazioni tra comunità locali, per esempio, per fare le liste elettorali, si riuniscono le comunità di quartiere.
Assomiglia un pò al primo comunismo jugoslavo...
Si, esatto, all’inizio la cosa funziona, ma la domanda è: può durare? Lo stesso Papa in un’enciclica ha detto una cosa che mi ha fatto incazzare parecchio, ha scritto: «Le prime comunità cristiane erano comuniste, poi naturalmente tutto è finito», ma come “naturalmente”? È naturale che queste cose finiscano? Il punto è che il comunismo in un solo paese è molto difficile da mantenere, in molti paesi sarebbe diverso.
In diverse democrazie latinoamericane attuali, per esempio in quella argentina, i giovani partecipano attivamente alla vita politica e alla politica di partito. Le grandi manifestazioni sono a favore dei governi, invece in Europa..
Succede l’esatto contrario.
(foto: LMontalto Monella/PangeaNews)
Si, le proteste sono contro i governi e, anche se i giovani partecipano alla politica con la stessa passione, lo fanno in piccoli gruppi spesso in scontro tra loro. Lei ha dato una definizione molto chiara del ruolo sociale che ha la repressione del dissenso, che cosa pensa delle manifestazioni di consenso?
Credo che abbiano i tratti iniziali delle rivoluzioni. Non credo per esempio che le grandi manifestazioni a Cuba siano imposte dal governo. Immaginiamo il contesto in cui una grande rivoluzione sociale è anche una lotta nazionale contro lo straniero. Ci sono le ovvie condizioni per un consenso di massa. Potrebbe essere così anche in Europa, dove ci sono basi americane su tutto il territorio e imposizioni del capitalismo straniero. Tuttavia, facciamo fatica a fare governi veramente di sinistra. La situazione storica è diversa, per esempio, per il fatto che i movimenti di destra sono sempre stati nazionalisti, adesso il sentimento nazionale, che io continuo a deplorare, viene rigettato o accettato con freddezza. Facciamo fatica, per esempio, a cantare l’inno nazionale ed io quando lo sento in TV, cambio canale.
Giovedì scorso un sondaggio uscito in Italia ha riportato che un cittadino su tre è convinto che ci sia bisogno di una rivoluzione. Non so se è vero, ma ammettiamo che lo sia, lei crede che abbiano ragione?
È verosimile, la gente è incazzata sul serio, ci sono suicidi continuamente, le aziende chiudono ogni giorno e pagheremo le conseguenze dei tagli al bilancio dello Stato per anni. Io faccio parte di quel terzo, desidero una rivoluzione. Bisogna vedere però di che razza. Bisognerebbe cacciare via a un sacco di vecchi ruderi e sarebbe bello farlo con un voto. Tuttavia, la politica dovrebbe essere capace di rinnovarsi in modo endogeno, le proposte dovrebbero provenire dal suo interno. Ci farebbe comodo un buon capo carismatico, sempre che non sia come Berlusconi.

martedì 5 giugno 2012

Integración y modernización: un nuevo marco conceptual para entender la Unión Europea y el Mercosur

Qui di seguito il programma del seminario "Integración y modernización: un nuevo marco conceptual para entender la Unión Europea y el Mercosur"

 

 SEMINARIO CENTRO DE EXCELENCIA JEAN MONNET

Integración y modernización: un nuevo marco conceptual para entender la Unión Europea y el Mercosur 
¿Viejas ideas para nuevos desafíos?
PRESENTACIÓN:

Este encuentro se enmarca en el proyecto europeo “Integración y modernización: un nuevo marco conceptual para entender la Unión Europea y el Mercosur” que el Centro de Excelencia Jean Monnet está llevando a cabo con el apoyo de la Acción Jean Monnet de la Comisión Europea y en colaboración con instituciones académicas argentinas y el Istituto Italiano di Cultura.
        
7 DE MAYO
Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires - Salón Azul
        
En el primer día se discutirá el potencial modernizador de los sistemas supra-nacionales y su relación con los estados nacionales clásicos. En particular, se hará referencia a las instituciones jurídicas como elementos cruciales del desarrollo de una modalidad de gobierno basada en el estado de derecho y en la limitación del uso de la fuerza a todos los niveles. Se analizarán también los éxitos contradictorios de sus actividades en lo que se refiere el fomento o la disminución de las desigualdades a nivel interno e internacional. Se hará hincapié, finalmente, al desempeño de las instituciones regionales en este nuevo marco internacional.

18.00-19.30 hs.
EL POTENCIAL MODERNIZADOR DE LOS SISTEMAS SUPRANACIONALES

Mónica Pinto, Decana de la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires
Nuevos desafíos de la modernización y derecho internacional

María del Carmen Squeff, Subsecretaria de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto
¿Problemas globales, respuestas globales? El caso del hambre

Gianni Vattimo, Diputado del Parlamento Europeo
La Unión Europea entre la tiranía de los mercados y "fantasmagoría de las mercancías"

20.00-21.00 hs.
EVOLUCIONES INSTITUCIONALES EN EL CONTEXTO REGIONAL LATINOAMERICANO

Sandra Negro, Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires
El carácter minimalista del Tratado de Asunción: proliferación de los órganos "especializados"

Beatriz Larrain Martínez, Universidad de Concepción, Chile
Diálogos judiciales transcontinentales: la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Europea de Derechos Humanos

Comentaristas:
Marina García del Río, Ministerio de Economía
Lucas Barreiros, Facultad de Derecho-UBA

8 DE MAYO
Istituto Italiano di Cultura, Marcelo T. De Alvear 1119

En la segunda jornada se discutirá el papel de la integración regional en el marco de procesos modernizadores más circunscriptos, movilizados por las transiciones democrática y económica llevadas a cabo por los países de América Latina y Europa Central y del Este desde la segunda mitad de los años ’80.
        
9.30-13.00 hs.
LA INTEGRACION REGIONAL COMO INSTRUMENTO DE MODERNIZACIÓN ECONÓMICA

Palabras de bienvenida: Marco Marica, Director Ad Interim del Istituto Italiano di Cultura

Renato Baumann, Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA), Brasil
La inserción del Mercosur en cadenas globales de valor y las perspectivas de modernización de sus estados miembros

Fernando Porta, Universidad Nacional de Quilmes - Centro REDES
Los límites de la integración latinoamericana como instrumento para el cambio estructural. Aspectos conceptuales, marco normativo y el rol de los agentes económicos

Martín Obaya, Monash University, Australia
Empresas multinacionales en el Mercosur: ¿articulación de estrategias y desarticulación de la integración?

Pausa

Comentaristas:
Enrique Arceo, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
Félix Peña, Universidad Nacional Tres de Febrero

15.00- 18.30 hs.

LA INTEGRACIÓN REGIONAL COMO INSTRUMENTO DE MODERNIZACIÓN POLITICA

Liborio Mattina, Universidad de Trieste, Italia
¿Imposición o convergencia? Integración y reformas democráticas en América Latina y Europa Central y del Este: un marco para el análisis

László Nyusztay, Budapesti Gazdasági Foiskola, Budapesti Gazdasági Foiskola, Hungría
Desde la modernización comunista hacia la modernización liberal: el caso de Hungría

Pausa

Luciana Gil, Universidad de Buenos Aires – CONICET
Las dinámicas de la política comercial como obstáculo para el proceso de integración

Juan Pablo Milanese, Universidad ICESI, Colombia
Suceso diplomático y fracaso industrial. El caso de la cooperación entre Argentina y Brasil en el ámbito de la energía nuclear para uso civil

Comentaristas:
Mercedes Botto, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
Mariano Aguas, Universidad de Palermo, y Universidad de La Matanza

9 DE MAYO 17.00 hs.
En ocasión del día de Europa
Palabras de bienvenida por parte de las autoridades académicas de UNTREF

Introduce: Alfonso Díez Torres, Jefe de la Delegación de la Unión Europea en Argentina

Miguel Ángel Ciuro Caldani, filósofo del derecho y profesor emérito en las universidades de Rosario y Buenos Aires

Gianni Vattimo, filósofo y euro-diputado

reflexionan sobre: Europa en la encrucijada: certezas y desafíos

Coordina: Lorenza Sebesta, directora del Centro de Excelencia Jean Monnet, UniBo-BA.

Organiza: Universidad de Bologna, Representación en Buenos Aires y la Universidad Nacional Tres de Febrero con el auspicio de la Delegación de la Unión Europea en Buenos Aires

El encuentro tendrá lugar el miércoles 9 de mayo en Sala II - Alberto Williamns, Centro Cultural Borges, Viamonte 525, desde las 17.30 hs. – 19.30 hs.

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Informaciones
Fecha: lunes, 07 de mayo de 2012 - miércoles, 09 de mayo de 2012
Horario: Informes: 52902482 / 52902497
Lugar: Informes: 52902482 / 52902497
Organizado por:
En colaboración con:
Asistencia libre y gratuita, con inscripción previa a: 52902482 / 52902497

sabato 25 giugno 2011

La construcción de la verdad

La construcción de la verdad

“Entre uno que miente por el amor del proletariado y otro que miente por amor a las putas, como Berlusconi, hago una diferencia”, afirma en este diálogo el filósofo italiano, para quien, de la religión a la política, “decimos que encontramos la verdad cuando nos pusimos de acuerdo”. De paso por Buenos Aires, Vattimo analiza las ideas centrales de sus dos últimos libros y reflexiona sobre la relación entre eso que llamamos verdad y el poder.

POR Hector Pavon - hpavon@clarin.com

Ñ; Clarín.com

Gianni Vattimo va en auto a Ezeiza y lleva una valija que prácticamente no abrió. Estuvo sólo unas horas en Buenos Aires. Las cenizas volcánicas le impidieron llegar a tiempo para cumplir con su agenda y estuvo detenido en el tiempo en Río de Janeiro. Apenas llegó a Buenos Aires, compartió un panel con Ernesto Laclau, Jorge Alemán y Jorge Coscia en la Casa del Bicentenario, dentro del ciclo “Debates y combates “ de la Secretaría de Cultura de la Nación.

En su bolso de mano trae dos libros recientes de su autoría: el diálogo con el antropólogo francés René Girard ¿Verdad o fe débil? y Adiós a la verdad .

Dos libros que interrogan lo verídico y lo cruzan con la vida y el mundo de hoy.

En el camino de retorno, Vattimo lleva en sus manos un puñado de papeles que componen la ponencia que leerá en Londres. Tema: la plegaria. De ella habla al referirse a la verdad en un corte transversal con la filosofía, la política, la religión y la ciencia. Mientras recorremos la geografía común internacional en la ruta hacia el aeropuerto, Vattimo brinda un relato verdadero. Una interpretación creíble.

En su libro “Adiós a la verdad” dice que la cultura actual se ha despedido de la verdad. ¿Es realmente una mala noticia?

Yo sostengo que hay algo bueno en el sentido de que, si llamamos verdad a la intuición inmediata de los principios primeros de los que todo depende, el hecho de no tener más la ilusión de lo que es la verdad, es casi como decir adiós a la violencia. ¿Me comprende? Casi todas las violencias históricas más graves no se limitan a ser reacciones emotivas de uno. Hitler no fue alguien que odiaba simplemente a los judíos. Encontró una teoría general que estableció: necesitamos matar a los judíos. Lo que significa que en la violencia histórica siempre hay un plus de carga teórica. Empezando por esa frase que se le atribuye a Aristóteles: soy amigo de Platón pero soy más amigo de la verdad .

Esa es la historia de la verdad. Eso es lo que la Iglesia siempre dijo cuando quemaba a los herejes durante la época de la Inquisición: no tenemos nada en su contra pero antes que violar el derecho o la verdad, matémoslos. Podemos imaginar que Aristóteles habría podido decir: desde el momento en que Platón enuncia errores yo lo discuto, si después continúa trato de acallarlo y si sigue, quizá por el honor de la verdad, lo mato. Hoy ocurre que quien produce violencia se justifica con una razón metafísica. Por ejemplo el bombardeo sobre Irak; todas las guerras llamadas humanitarias no son guerras normales. Es como si uno dijera: hay un pedazo de tierra, que nos disputamos, hagamos una guerra para quedárnoslo. No. Decimos que los otros son criminales y nosotros los matamos, los ajusticiamos, los metemos en la cárcel. Incluso en la política mundial hoy no hay nadie que diga: esos son nuestros enemigos porque tienen el petróleo que nos sirve. Para bombardear Libia se acusa al gobierno de violar los derechos humanos. Sí, pero se violan en muchísimas otras partes del mundo. ¿Por qué bombardean sólo ahí? La ideología de la criminalización del disenso es la que triunfa en la globalización. Y ése es sin duda uno de los motores del discurso sobre la verdad. El otro es que, teniendo en cuenta estos hechos objetivos políticos, sociales, de esas experiencias colectivas, la filosofía asumió que la verdad definitiva, esa que pretende ser la evidencia primera y última, es sólo un acto de fuerza hasta cierto punto. Se establece en base a un poder, por ejemplo con el poner fin a las preguntas de los niños. ¿Quién creó a Dios? ¿Quién creó el mundo? Llega un momento en que el padre le dice: Basta, no hagas más preguntas. Ese es el concepto de los primeros principios. Se puede preguntar hasta cierto punto. ¿Por qué? Porque el resto es natural, es así y no se puede discutir más.

Pero, ¿quién es el que decide que no se puede discutir más?

Eso nunca es un acto teórico; es un acto de fuerza. Es decir, la verdad objetiva pertenece a quien ostenta el poder, fundamentalmente. Siempre he compartido la idea de metafísica de Heidegger. Es decir, la idea de que hay una verdad objetiva que todos debemos reconocer y que no tiene en cuenta la idea, en cambio, de que nosotros siempre interpretamos. Siempre somos sujetos interesados frente a algo que ya es un evento, no es la estructura objetiva del ser. Son sucesos históricos, otras personas que nos dicen algo que nosotros podemos aceptar o rechazar. Esa es la interpretación. Ahora, Heidegger siempre criticó la metafísica pensándola así pero no era claramente consciente de que lo que él estaba criticando era la autoridad. Descartes mismo, cuando dice “pienso luego existo” realiza un acto de conciencia de un principio absoluto. Pero en definitiva, se lo ve perfectamente por la continuación del discurso. ¿Por qué debo pensar que la evidencia de conciencia sea un signo de verdad? Porque está Dios que no me engaña. De nuevo hay un principio de poder que garantiza que la verdad de la evidencia de una proposición que yo pienso es signo de verdad, pero no por sí misma. Justamente porque hay una autoridad que la garantiza.

Esa autoridad, ¿está vigente?

El mundo posmoderno entró en crisis porque ya no hay una autoridad central. La filosofía europea avanzó como filosofía del progreso, de la historia, de la verdadera humanidad mientras existió el eurocentrismo, pero cuando los pueblos que nosotros llamábamos primitivos se rebelaron y nos impusieron dejar de llamarlos así, fue muy importante el papel de Lévi-Strauss que utilizó la lingüística de Saussure para describir las culturas como organismos de signos, de normas, etcétera, cada uno con su propia legitimidad. Si la cultura de los llamados salvajes del Amazonas pudo durar tanto es porque rige y tiene los mismos derechos que la nuestra. Las culturas no están todas sometidas a una sola. Terminó la época del universalismo general del pensamiento europeo. Y eso es lo que Nietzsche describe como el nihilismo, la muerte de Dios, etcétera. Ya no se puede hablar de la verdad, sino de las verdades.

¿Por eso concluye que la verdad absoluta es más un peligro que un valor?

Decididamente sí, en el sentido de que nunca he visto a un nihilista haciendo una guerra por la religión, pero he visto a muchas iglesias o incluso personas con principios metafísicos, hacer guerras, Bush, el papa, los papas del Renacimiento, las Cruzadas, todo, siempre se hizo en nombre de la verdad. Y en nombre de Dios lo cual es todavía peor.

Tenemos una verdad absoluta y otra interpretada. En ambos casos es algo peligroso porque surge la dominación como consecuencia directa de la imposición de las dos verdades...

Primero, la verdad absoluta es, sin ninguna duda, falsa porque no quiere reconocer que es verdad interpretada. Luego, cuando alguien dice “te estoy diciendo la verdad”, tenés que prestar atención de no creerle. Si alguien te dice: Y o lo pienso de esta forma, puede convertirse en un problema de negociar, en cambio, si te dice: Yo lo pienso así y es tu jefe, es difícil que negocies; si él te dice “yo lo veo así”, tenés que estar atento. Siempre se puede disentir, pero depende de la relación de poder que tengas. Ese discurso del jefe y la verdad, la interpretación y el dominio, siempre es un problema referido a si podemos prescindir de la verdad absoluta. Hay un dicho italiano para bromear sobre quienes le temen al relativismo: “Eh, señora mía, ya no hay más religión”. Lo que quiere decir, ya no hay verdad absoluta. ¿Cómo hacemos? Para vivir en sociedad, necesitamos un acuerdo. Y mejor que sea una verdad democrática que una autoritaria. Ese es el verdadero problema. En el Leviatán, Hobbes dice que salimos del estado de guerra de todos contra todos atribuyendo el poder a un soberano. Ese soberano hoy es elegido a partir de un acuerdo sobre una Constitución. O sea que siempre hay un momento autoritario en la existencia, incluso en el nacimiento. Nadie me preguntó si quería nacer o no, pero nací, ahora debo hacer de la necesidad virtud, como se dice. Y por lo tanto es necesario imaginar en cierto modo esa situación: que ninguno de nosotros vive nunca desde el origen, es decir, ninguno de nosotros vivió nunca el pasaje de la guerra de todos contra todos al estado cultural, al estado político. Sino que vivimos en una situación en la cual esa imagen determina nuestra vida. Es decir, nos movemos dentro de una condición en la cual estamos de acuerdo, pero digamos que hasta cierto punto. Yo no puedo aceptar todo lo que la sociedad me impone. Por otra parte, los que quieren imponerme esto también me dicen “entonces, sé un salvaje”. Calma. Yo me convierto nuevamente en un salvaje cada tanto para discutir la constitución, los principios, las leyes, etcétera. Es decir, no discuto que tenemos necesidad de la verdad. La verdad sería una forma de última instancia, como un tribunal, que debemos no obstante instituir, es decir que debemos fundar democráticamente, y no aceptarla como si fuera un hecho natural. Toda la lucha moderna contra el derecho divino de los reyes, por ejemplo, era ésa. La idea de que tiene que haber un soberano, porque de lo contrario no se hace ni el código vial, debe surgir de que ese soberano dependa más de nosotros, no del hecho de que ya está ahí y de que tiene el derecho de Estado. Todo esto es importante porque se puede invertir lo que nosotros siempre pensamos: nos pusimos de acuerdo porque encontramos la verdad. Lo cierto es lo contrario: decimos que encontramos la verdad cuando nos pusimos de acuerdo. Es toda otra perspectiva que implica mucho más la libertad de los individuos y de las comunidades incluso.

Bush, Obama, Berlusconi, Zapatero, por ejemplo, construyeron una verdad política. Ahora, política y verdad es un matrimonio bastante complicado, ¿no?

Sí, lo que yo digo es que estos señores han justificado su autoridad con pretensiones de verdades objetivas. Como máximo, se puede pensar que una autoridad democrática como la de Obama no dice que debemos bombardear a Irán porque somos los buenos y ellos los malos. Es un poco más respetuoso de los derechos humanos pero no tanto. Yo no me escandalizo por el hecho de que la verdad se construya también políticamente. Entre uno que miente por el amor del proletariado y otro que miente por amor a las putas como Berlusconi hago una diferencia. Es decir, no digo que todos deberían ser absolutamente objetivos pero no sólo decir la verdad porque se convierte en un círculo vicioso porque, ¿quién establece si es verdad lo que dicen?

Luego, establecer la verdad es una decisión personal...

Yo decido estar a favor o en contra de una construcción de verdad social cuanto más la comparto. Depende de los grupos, las clases que la sostienen. Por ejemplo, en Italia tuvimos un referéndum por la energía nuclear. ¿Debo votar a favor o en contra? La primera respuesta que daría sería: escuchemos a los científicos. Pero los científicos no siempre están de acuerdo entre ellos. Entonces elijo al mejor, pero ¿y la autoridad para decidir eso? Finalmente, ¿qué hago? Elijo al científico que encuentro todos los domingos en misa o que es hincha de mi equipo. Elijo por afinidades. Es un discurso siempre de grupos y no es tan horrible porque ¿quiénes son los que no quieren aceptar la idea de que yo elijo siempre en base a afinidades históricas, culturales y amistosas? ¿A quién le parece escandalosa esa visión de la verdad? A los que ostentan el poder. Los que tienen el poder quieren que la verdad sea objetiva. Yo dije, una vez: tiene que haber una verdad objetiva porque de lo contrario no se puede ejercer el poder. Lo digo todavía. Ahora voy a Londres a dictar una conferencia sobre la plegaria a un grupo de teólogos. Les digo que paradójicamente Dios debe existir para justificar el poder de la Iglesia. O sea: decir que Dios existe objetivamente. No es que no se pueda dudar, es sólo un modo para afirmar el poder de los que hablan en su nombre. Que Dios no exista para todos, francamente, no podría importarme menos. Importa si cuenta para mí. Y todo eso me parece bastante importante. La verdad objetiva es siempre una función del poder que pretende que no es interpretación sino que es pura verdad. Y uno empieza a luchar un poco más contra esos tipos de autoridad absoluta.

Ahora, ¿qué pasa cuando la libertad tiene la capacidad de proponer una verdad contraria al sentido común?

Ese sí que es un problema. Todos los que me objetan dicen: ¿pero cómo? Si no existiera la verdad objetiva metafísica no podrías rebelarte contra el poder porque cuando lo hacés, lo hacés en nombre de una verdad diferente de la que sostiene el poder. Sí, pero puedo perfectamente pensar que cuando reivindico los derechos humanos, por ejemplo, en la Revolución Francesa contra los reyes, ¿los reivindico por amor al hecho de que son derechos humanos o los reivindico por amor a los que están a mi alrededor, apresados por esa autoridad? Una vez más, el revolucionario que se cree autorizado por el conocimiento de la verdad es tan peligroso como el autoritario en sí porque significa que en determinado momento en que rige la revolución no se permite hablar a nadie. En el fondo el estalinismo fue eso. Ahora pensemos si Stalin se puede reducir a esas cosas. El comunismo soviético, cuando se vuelve poder, fatalmente, creo, debe defenderse de los ataques de los países capitalistas pareciéndose cada vez más a sus enemigos incluso en el plano de la economía. Porque Stalin hizo una revolución industrial en 40 años. En los 50, Rusia competía con Estados Unidos en la carrera espacial y en el 17 era todavía un país agrícola, con caballos que arrastraban los trineos. Para llegar a ese punto tuvo que haber baños de sangre, transporte de poblaciones, defensa incluso contra la desunión interna del régimen, las purgas estalinistas, todas esas cosas.

Y esa ¿es una verdad correcta?

No la justifico, digo solamente que, entre otras cosas, todo eso nos salvó del nazismo porque sin Stalingrado, con los tanques armados, etcétera, el nazismo todavía seguiría vivo y en pie. Por lo tanto, ni siquiera la idea de que debo tener una justificación para rebelarme debe llevarme a pensar que entonces tiene que existir la verdad objetiva. Si no, me expongo al riesgo de convertirme en Stalin, dicho brutalmente.

Todos los días leemos en la prensa mundial, por ejemplo, toda la verdad: investigación especial…

Como WikiLeaks.

... sobre la política, toda la verdad sobre el mundo del espectáculo, sobre el fútbol…

Sobre Strauss-Kahn.

... ¿cuál es la idea, el concepto de verdad de los medios?

Digamos que usan la idea de verdad, a veces, cuando son honestos, sobre la base de testimonios directos. Es decir: hablé con Beckham que me dijo que traiciona a la mujer. Entonces, yo lo informo. Y eso para mí no está tan mal. El problema es que decir también una verdad sobre un hecho determinado, como diría Marx, puede ser desviante porque olvida todo el cuadro. En realidad, una verdad parcial, la verdad objetiva sobre un hecho parcial, a veces lo es, pero los diarios viven justamente de eso. Por ejemplo, dicen la verdad sobre Beckham, sobre el fútbol, sobre el espectáculo, pero no dicen en general quién es el dueño del diario. No lo escriben. Este diario pertenece a Berlusconi: Ça va sans dire. Ahora, esto es un modo no de despreciar la verdad descriptiva. Yo estoy contento cuando un diario me dice que llueve cuando llueve y no, que no llueve, obviamente. Prefiero eso. Pero no me conformo y ese es el principio de la transformación social. Después en lo que se refiere a las verdades de hecho siempre hay criterios para verificar. Por ejemplo, la verdad jurídica, cuando un tribunal termina condenando a alguien, ¿sabemos si fue realmente él el asesino? No, pero hay un sistema de verificación y falsificación por el cual según esos cánones, podemos decir que es verdad que fulano mató a la viejita. Y lo condenamos. Pero alguno puede decir, ¿pero qué pasó? En el fondo en nuestra vida social que haya una verdad convenida de alguna manera es útil porque tenemos criterios para establecer en los casos individuales como cuánto cuesta el taxi. Hay principios. Todo eso funciona muy bien para la vida práctica. Cuando se pretende, no obstante, modelar en base a las verdades, los valores, ahí hay diversidad de consideraciones.

¿Y en la política?

En la política la diferencia de opiniones no se puede superar tomando a un científico que nos diga cómo son las cosas. Incluso los economistas no están de acuerdo: sólo acentuar un hecho más que otro, quizá significa mandar a la ruina a Grecia o Portugal. Por eso, siempre existe ese margen de libertad de interpretación, que se puede sólo mediar con el consenso interpersonal, no con el ver objetivamente. Por ejemplo, no es que si se repite un experimento científico, va a implicar que las cosas son “así”; quiere decir que hay más gente que cree. ¿Eso significa que después de 100 experimentos conozco mejor la caída de la manzana? No. Quiere decir que no se desmiente, que funciona. Hasta Popper podría estar de acuerdo con eso. O sea que siempre hay una componente de consenso, de escucha del otro que justifica el coloquio interpersonal que nos hace hablar de verdad, entre comillas, “objetiva”, pero sólo una verdad subjetiva compartida y funciona muy bien.

¿Cómo se coexiste con la verdad de la religión?Esa que se manifiesta contra el divorcio, el aborto, los homosexuales, la fecundación in vitro...

Eso es una porquería. ¿Cómo decirlo? El problema es reducir los absolutos, incluso en el campo de las religiones. Allí donde las religiones se presentan como principios de verdad absoluta son en general religiones autoritarias. Como decir: Dios debe existir objetivamente porque si no el poder de la Iglesia no tiene base. Pero cómo, ¿debemos decir que Dios existe sólo por amor al Papa? No. De hecho es así porque hasta la madre Teresa de Calcuta decía que cuando se ponía a rezar le venían todas las dudas sobre la existencia de Dios, de Jesucristo. Pensemos si eso lo dijera el Papa, ¿vos le ordenás a la gente que no use preservativo, que no aborte, en base al hecho de que hay Dios o no? Por lo tanto, estos discursos sobre la ética de parte de las religiones son indicaciones generalmente útiles. Los diez mandamientos de Moisés sirvieron durante mucho tiempo en la vida de la gente que trataba de no matar, de no traicionar a la mujer o al marido... Ok. Pero que eso se convierta en un principio de una imposición incluso para las leyes civiles... Es decir: cuando la Iglesia ordena a sus fieles que no forniquen, es asunto de ellos; pero si lo ordena a todos, en nombre del hecho de que conoce la verdad de la naturaleza humana, es simplemente un hecho de autoritarismo. A veces el Papa habla de la antropología bíblica... ¿y con la astronomía bíblica cómo hacemos dado que Galileo fue perseguido en nombre de la astronomía bíblica? Ahora de la astronomía no se habla más, afortunadamente, pero se sigue diciendo que en la Biblia hay una antropología, una doctrina sobre el hombre, sobre lo que debe ser, y esa es otra estupidez. La Biblia no es un manual ni de antropología ni de astrología, no es nada de eso, no es siquiera un manual de teología. No es que nos explique cómo hizo Dios y entonces estamos más contentos. Nos dice que si queremos salvar el alma debemos hacer esto y aquello. Si creemos en la Biblia lo hacemos, pero no podemos tomar los principios del Vaticano y aplicarlos a la ley italiana porque esos son los principios de la naturaleza del hombre. ¿Cuáles son? Tonterías.

Usted habla también del cristianismo hedonista. ¿Retoma a Michel Onfray? ¿Onfray?

Quizá lo he sobrevaluado un poco. Es muy simpático, pero no sé hasta qué punto. Salió un libro de un teólogo americano llamado Fox, un ex dominico que fue expulsado de la orden, que escribe un libro titulado: En el principio fue la alegría y trata de transformar el negativismo de la ética cristiana en un hecho positivo. Yo creo que me gusta más un cristianismo hedonista que uno punitivo. ¿Debería ser mejor? ¿Por qué, si yo estoy haciendo el amor no debo pensar que Dios me ve? La gente se esconde. Si tengo una relación sexual, debo esconderme porque si no Dios me ve. No digo que podría hacerlo en la Iglesia, pero sólo por respeto a las convenciones. Del mismo modo que no hago mis necesidades en público: voy a un baño. Ahora, hay cosas que efectivamente no parecen decorosas desde el punto de vista de la relación con Dios. Masturbarse mientras se reza. A mí me ha pasado de pensar en rezar incluso si una noche llegando a un local equívoco... ¿Por qué no? Digamos que como no soy el padre eterno, no soy Dios, no puedo hacer como si todo esto no valiera nada, trato de atenerme a la disciplina social, al respeto por los otros, está bien; después si tengo que involucrar a Dios cada vez que uso o no uso el preservativo, francamente, me parece incluso una ofensa. ¿Qué tiene que ver? ¡Que se ocupe de sus asuntos!