Vattimo: la academia de filosofía itinerante
El ensayista italiano estuvo de ronda en Buenos Aires dejando a su paso cuestionamientos sobre los conceptos absolutos. “En Europa, hay clima de resignación”, sentenció.
Ñ Revista de Cultura, 23.05.2012. POR Julieta Roffo
El filósofo italiano Gianni Vattimo anduvo por Buenos Aires y,
como los futbolistas que se adaptan a distintas posiciones en el campo,
se movió en escenarios diferentes y ante públicos disímiles, pero en
cada conferencia subrayó dos de sus ideas más importantes: que con el
correr de los años –de las décadas, de los siglos– crece lo que él ha
llamado “el pensamiento débil”, y que no existe una única verdad sobre
un hecho, sino tantas interpretaciones como testigos haya. Para Vattimo,
se trata de dos conceptos irrenunciables.
La primera de sus
presentaciones fue el domingo 6 en la Feria del Libro: a su cargo estaba
la última de las conferencias magistrales de la 38º edición del evento,
y ante casi doscientas personas, el autor de El fin de la modernidad,
ejemplificó el debilitamiento de los conceptos absolutos a través de la
evolución de la figura de Dios: “Antes era algo muy misterioso, muy
trascendente, caía un trueno y se le rogaba al Dios del Trueno que no
destruyera la propia casa. Con la figura de Jesús aparece un hombre que
les dice a sus prójimos que no son servidores de Dios sino sus amigos;
eso debilita la primera idea tan fuerte y tan temible”, sostuvo, y
agregó que el pasaje entre la unción divina de los reyes medievales
hasta las elecciones democráticas actuales es otra señal de ese
debilitamiento.
Esos mismos ejemplos utilizó el miércoles 9 en
Arte Sin Techo, una Organización No Gubernamental que trabaja con gente
en situación de calle desde una especie de casa ocupada –ocupada por sus
intervenciones artísticas y por su trabajo constante, desde que emergió
en medio de la crisis de 2001– en el corazón de Almagro. Apenas llegó a
esa casa, Vattimo bromeó en su castellano casi perfecto: “Parece un
centro civil italiano, feo, sucio y malo”. Allí lo escucharon unas
veinte personas, en una actividad organizada entre la ONG, el Centro de
Excelencia Jean Monnet de la Universidad de Bologna, y el Laboratorio en
Humanidades “Política, Estética y Comunicación” constituido por el
Instituto Italiano di Cultura y el Servicio de Cooperación y Acción
Cultural francés.
En ese segundo encuentro fue en el que el
también diputado del Parlamento Europeo profundizó más sobre conceptos
filosóficos: Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, a quienes estudió
largamente, fueron los más citados ante un público más especializado que
el que había llenado la sala Leopoldo Lugones de La Rural, en su
mayoría estudiantes universitarios. Sobre los años en los que Heidegger
avaló al nazismo, Vattimo intentó una explicación, aunque no una
justificación: “Tiene que ver con el lugar que ocupa un filósofo cuando
se cruzan dos triunfalismos, como fueron el capitalismo y el comunismo”,
señaló. Las intenciones de un intelectual al unirse a un sistema
político son claras para Vattimo: “Enseguida el intelectual querrá
liderarlo”, sentenció, y destacó el rol de Rusia sobre el final de la
Segunda Guerra Mundial aseguró: “Si Rusia no hubiera hecho lo que hizo,
liberado lo que liberó, estaríamos completamente dominados, seríamos
todos nazis”.
En Arte Sin Techo hubo tiempo para reflexionar sobre
el arte y también sobre la política, tema que especialmente interesa a
Vattimo y que lo llevó a definir a la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) como “una organización disciplinaria hasta el día de hoy”.
Para el filósofo, “el impresionismo, el cubismo y el surrealismo fueron
una defensa de la actividad humana contra la tecnificación de comienzos
del siglo XX, cuando se fundaban Ford y Fiat, y el taylorismo se imponía
como modelo de producción fabril”. Esa tecnificación, explicó el autor
de Adiós a la verdad, se está dando actualmente en
Europa, en las más altas esferas del poder político: Mario Monti, el
actual premier italiano, economista y con más experiencia institucional
que en el barro partidario, es para Vattimo una muestra de esa
“tecnocracia” posterior a la renuncia de Silvio Berlusconi, a quien
critica duramente cada vez que tiene el margen de hacerlo.
En
Europa “hay un clima de total resignación, la gente no ve que le
propongan mejoras alentadoras como para orientar su voto hacia allí”,
aseguró, y vinculó esto a su idea de dominación: “El dominio hacia el
otro se funda sobre la idea de que la realidad es de tal manera,
inamovible. Hoy esa realidad la delinean los banqueros, y no los
débiles, por eso es importante desterrar el concepto de una verdad
única”, dijo Vattimo, a medio camino entre el entusiasmo y la
preocupación.
Hay otro concepto que debe ser reformulado, según el
italiano: se trata de la esencia, un tema del que la filosofía se ha
ocupado largamente. “Un papa, un dirigente político o un filósofo
ambicioso puede decirte ‘Esta es tu esencia, tú no lo sabes pero yo te
lo digo’”, le dijo a su público atento, esta vez en la Feria, y
continuó: “Yo no creo en eso; la única esencia es la libertad de cada
uno, que merece ser respetada, y la única verdad posible es la que nos
deja ser más libres, aunque acepto interpretaciones porque de eso les
hablé toda la tarde”, matizó.
En cada ámbito que Vattimo visitó en
una ciudad que define como “una segunda patria”, hubo público atento a
su obra y sobre todo a los pensamientos que elabora ante las nuevas
preguntas, y que empieza a responder después de tomarse unos segundos la
cabeza con las dos manos. Hay una convicción que lo sigue a cada
charla: “Hay que ser fuerte para ser uno de los débiles, hay que saber
poner la otra mejilla y darse cuenta de que uno no debe ser el violento,
porque el orden imperante siempre será más violento que uno”, concluyó.
“Y basta”, dijo.
Nessun commento:
Posta un commento